Doctor Sueño de Mike Flanagan alcanza el equilibrio entre Stephen King y Stanley Kubrick
Hoy voy a hablar de uno de los estrenos más esperados del año: Doctor Sueño. Como sabéis se trata de la secuela de El Resplandor (1980) dirigida por el gran Stanley Kubrick. Esta segunda parte está dirigida por Mike Flanagan, quien no es tan grande como Kubrick ni de lejos, pero yo lo tengo en los altares desde que dirigió la estupendísima serie de televisión para Netflix La Maldición de Hill House.
Lo primero que hay que hacer para hablar de Doctor Sueño es matizar eso de que es una secuela de la película de 1980. Sí y no. En realidad se trata de la adaptación del libro de Stephen King del mismo título que, efectivamente, es secuela de la novela El Resplandor.
En este libro nos encontramos con un Danny Torrance adulto y alcohólico que lucha por rehabilitarse físicamente, pero también emocionalmente de los traumas de su pasado. En la novela de King, como suele ser habitual, todo esto está tratado en profundidad. Sin embargo en la película, con guion de Akiva Goldsman y el propio Flanagan, la evolución de Danny es muy superficial y a trompicones, lo que impide que uno llegue a empatizar con el personaje.
De una forma un poco torticera se podría decir que esto es uno de los muchos homenajes a la película de Kubrick, puesto que la evolución de Jack Torrance -el padre de Danny- en aquella era incluso más abrupta y superficial. Si se me permite criticar algo del gran maestro Kubrick.
¿Por qué Flanagan no dedica más tiempo a desarrollar los personajes? Pues porque lo que ha intentado hacer es una mezcla entre adaptación del libro de King y una secuela de El Resplandor de Kubrick. Es decir, añadirle todos los pegotes que hacen referencia a la película de 1980 ha hecho que tenga que acortar la historia del libro. Lo cual es una pena, porque lo mejor de Doctor Sueño -la novela- es la persecución, enfrentamiento y juego de poder entre Rose The Hat y Abra, que en la película queda algo reducido.
Aún así le ha quedado un metraje de dos horas y media, que no es poco. En mi opinión esta película debería haber sido una miniserie para televisión para haber podido desarrollar todas sus posibilidades, o directamente durar como mínimo tres horas y media. Claro que Flanagan no es Scorsese y no sé si le hubieran dejado.
Doctor Sueño funciona mejor cuando nos cuenta la historia del libro de King, cuando se centra en estos nuevos personajes y situaciones, muy diferente de la de El Resplandor. Sin embargo, flojea al intentar hacer referencias a la película de Kubrick, las cuales quedan obligatoriamente muy forzadas.
Dicho lo cual, hay que reconocer que experimentamos cierto placer culpable al volver al maldito hotel Overlook y recrear ciertos lugares y situaciones. A veces al público -y a los productores-, hay que darle lo que espera si no se quiere fracasar estrepitosamente. Más tratándose de una secuela de una obra de culto como es El Resplandor.
A pesar de su larga duración, Doctor Sueño se pasa en un respiro. La dirección de Mike Flanagan es excelente. No llega a las altas cotas que alcanzó en La Maldición de Hill House, pero sí hace alarde de su buen hacer y podemos distinguir su estilo bien definido en los encuadres y los movimientos de cámara.
Doctor Sueño cuenta con una fotografía muy cuidada a manos Michael Fimognari, quien es un colaborador habitual de Flanagan. Participó en la mencionada serie de Netflix o en El Juego de Gerald (2017) -también una adaptación de Stephen King y también para Netflix-. La paleta de colores de Fimognari está muy presente y es muy reconocible en la película, lo que hace que en cuanto ves Doctor Sueño reconozcas que se trata de una película de Flanagan.
La banda sonora está a cargo de The Newton Brothers, otros colaboradores habituales de Flanagan. Para Doctor Sueño han realizado una partitura orquestal con leitmotivs que desarrollan a partir de el tema principal de El Resplandor de Kubrick, el cual recuperan en varias ocasiones -como es el caso de los títulos de crédito-. También recurren a disonancias y estridencias que recuerdan a la maravillosa Música para Cuerdas, Percusión y Celesta de Béla Bartók que utilizó Kubrick en su día.
En cuanto al reparto tenemos a Ewan McGregor como Danny Torrance de adulto. Su interpretación es correcta, pero no va más allá. Sin embargo, Rebecca Ferguson en el papel de Rose The Hat es lo más interesante de lejos de la película. Se come la pantalla en una interpretación que hace que hasta simpatices en cierta forma con la villana de la historia. Sin duda es el mejor papel de su carrera.
En tercer lugar tenemos a la debutante Kyliegh Curran como la niña Abra Stone. A mí no me convenció en absoluto. Recuerdo al personaje de la novela con mucha más garra. En esta ocasión voy a hablar abiertamente de error de casting.
Aunque le he sacado alguna pega al guion de Doctor Sueño, lo cierto es que funciona perfectamente como thriller de terror. Un terror alejado del susto fácil y más preocupado por la cuestiones psicológicas de sus protagonistas, tal como es en los libros de King, algo que faltaba en la película de Kubrick.
Flanagan consigue alcanzar con éxito el equilibro entre contar una historia completamente nueva y homenajear las película de El Resplandor. Doctor Sueño queda ya como una de las de las mejores adaptaciones de un libro de Stephen King, aunque no está a la altura del libro ni será una obra de culto como la película de Kubrick.
Y es que las comparaciones son tan odiosas como -en este caso- inevitables.
- Rebecca Ferguson
- No desarrollar más la historia del libro