El pasado mes de febrero finalizó The Stand, la serie para CBS que en España podemos ver en StarzPlay. Se trata de otra adaptación de la novela de Stephen King del mismo nombre, traducida en español como Apocalipsis (o La Danza de la Muerte). Digo otra, porque ya hubo una miniserie en los años 90 que adaptaba el libro de King sin mucha fortuna. Pero ahora son otros tiempos para las series de televisión, y las expectativas estaban altas con esta nueva adaptación del maestro del terror de Maine.
The Stand nos sitúa en un futuro apocalíptico en el cual se ha producido una pandemia en la que un virus ha acabado de forma fulminante con 99% de la población mundial. Los supervivientes buscan esperanza en la madre Abagail, mientras en Las Vegas surge un poder demoniaco encarnador por el maligno Randall Flagg.
La novela de Stephen King es una de las más largas de su bibliografía, si no la que más. A lo largo de cientos de páginas nos describe el viaje de cada personaje, y a cada uno en sí mismo, en profundidad, hasta el punto de llegar a conocerlos muy bien. Esto es demasiado para intentar abarcarlo en una película, y también en una miniserie corta como la de los 90 y, por desgracia, también es el caso que nos ocupa.
The Stand podría haberse enfocado como una serie de varias temporadas en la que se profundizase en la historia, el viaje y los personajes. No sé si por cuestión de presupuesto o por falta de valentía, pero al final no ha sido así. Reducirlo todo a una miniserie de siete episodios, siendo el últimos además un pegote añadido -ahora hablaré de eso-, limita mucho la profundidad del relato.
Para solventar este problema los creadores han optado por empezar la casa por el tejado. Efectivamente, la historia comienza por la mitad. Quien se haya leído el libro tiene cierta ventaja, pero en general el espectador está perdido por completo porque no se entera de lo que está pasando.
Poco a poco nos van dando pistas de lo ocurrido por medio de flashbacks. Pero el interés ya se ha perdido del todo. El drama de la pandemia, la desorientación de los supervivientes y el viaje de estos en busca de la madre Abagail se dispersa a cambio de llegar al final de forma acelerada.
Aunque The Stand es una producción mucho mejor que su precedente de los años 90 y es entretenida, lo cierto es que no aporta nada nuevo a lo que ya había. Resulta ser una miniserie más bien rutinaria que se deja ver y se olvida con la misma facilidad. Una pena, porque el relato de King es uno de los más potentes de su bibliografía.
Lo único diferente es su último capítulo con el guion escrito por el propio Stephan King. Se trata de un añadido nuevo que tampoco aporta mucho ni tiene demasiado interés. Es más bien un anticlímax, cuando el auténtico final de la serie se produjo en el penúltimo episodio.
En cuanto a los actores y actrices cabe destacar a James Marsden como Stu Redman, al que hemos visto recientemente en series como Dead to Me o Mrs. América y, por supuesto, en la saga X-Men como Scott Summers. Whoopi Goldberg hace su aparición estelar como la madre Abagail y un casi olvidado Greg Kinnear hace el pequeño papel de Glen Bateman. En general todos está a la altura de la calidad media de la serie.
The Stand es una oportunidad perdida (y van) de adaptar con dignidad y hacerle justicia a una obra de Stephen King. No es mala del todo, porque resulta entretenida hasta cierto punto, pero el enfoque es fallido y la producción, en general, mediocre.
- Una producción mejor que la de los 90
- El último capítulo sobra