Ha llegado a los cines La Guerra del Planeta de lo Simios, la tercera película de la última trilogía de la famosa franquicia que Hollywood lleva explotando cada cierto tiempo desde los años sesenta. El Planeta de los Simios (1968) dirigida por Franklin J. Schaffner y protagonizada por Charlton Heston es un clásico incuestionable, con uno de los finales más icónicos de la historia del cine. Sin embargo todas las secuelas posteriores son pura basura, las cosas como son.
Hasta la llegada de El Origen del Planeta de los Simios (2011). El reboot de la saga se trata de una precuela que nos relata, como su propio título indica, cómo se originó ese mundo donde los monos podía hablar y los humanos no. La película tanto en su trama argumental como en su realización fue excelente -para mi sorpresa- y abrió el camino para la realización de la posterior trilogía.
A esta le siguió El Amanecer del Planeta de los Simios (2014), una película de acción pasable, rutinaria, pero entretenida; la cuál aún conservaba algo de lo bueno de la primera entrega. Como nudo de un arco argumental mayor funciona siempre que la tercera parte sea un colofón digno.
Y eso es lo que se nos prometía con La Guerra del Planeta de los Simios: un épico cierre de la trilogía a la altura del estupendo comienzo que tuvo en 2011. Por desgracia la decepción no puede ser mayor.
La Guerra del Planeta de los Simios es engañosa ya desde su título. No se trata de una guerra entre simios y humanos que, de alguna manera, conduzca hacia la situación previa a la llegada del coronel George Taylor interpretado en la original por Charlton Heston. Sino de un episodio anecdótico totalmente prescindible que no aporta nada al desarrollo de la mitología global de la saga.
Las explicaciones, que las hay, que van en ese sentido son de lo más absurdas y ridículas. No me voy a extender en ello para no hacerle spoilers a nadie, pero quien espere encontrar un aporte sustancial a la historia de El Planeta de los Simios, aquí no lo va a encontrar.
Ahora bien, el aspecto técnico de La Guerra del Planeta de los Simios es espectacular, al igual que el de sus inmediatas predecesoras. La recreación de los simios en todos los aspectos es lo mejor que he visto nunca en cine en cuanto a efectos especiales se refiere. Muy por encima de cualquier otra superproducción.
Aunque hasta ahí lo bueno. El ritmo de la película se hace lento y con un desarrollo predecible y carente de interés. Woody Harrelson no aporta nada en el típico papel de secundario de superproducciones al que parece que lo han relegado los estudios últimamente. Y la música sensiblera que impregna toda la película es sencillamente insoportable.
La Guerra del Planeta de lo Simios cierra un arco argumental, pero no del todo. Si funciona en taquilla tendremos más secuelas a la vista. De hecho parece que han preferido dejarlo abierto precisamente por esa razón, sacrificando hacer una película mejor con un guion más cerrado por el interés comercial de seguir explotando la saga en el futuro.