Hoy voy a hablar de 7 Prisioneros, una pequeña joya brasileña distribuida por Netflix y que podemos ver en dicha plataforma desde el pasado mes de noviembre. El segundo filme de Alexandre Moratto es un drama social que, una vez más, se centra en retratar las miserias que ocurren en Brasil, y en concreto en São Paulo.
7 Prisioneros nos relata las peripecias de una serie de jóvenes llevados del campo a la ciudad con engaños para acabar trabajando en condiciones de esclavitud. Con esta sinopsis parece que ya está todo dicho. La película nos muestra la realidad de abuso y miseria que se vive en Brasil, algo desde luego muy interesante para el gran público, que seguramente no se hace a la idea de hasta dónde puede llegar la explotación de las personas en pleno siglo XXI.
Pero, más allá de eso, ¿es necesaria toda una película para mostrarnos un caso concreto? Ese es para mí el principal problema del cine social: lo obvio que es. Con solo leer la sinopsis ya sé lo que se va a contar. ¿Hace falta entonces ver la película? Por supuesto, aquí es donde entra la pericia del realizador para dotar de interés y ritmo al relato para que la experiencia cinematográfica vaya más allá de la mera denuncia de unos hechos, por crudos y reales que puedan ser.
En el caso de 7 Prisioneros, Moratto sale más que airoso de este entuerto, y lo hace con nota. La película siempre está avanzando, aunque parezca que gira en círculos, y el ritmo no decae en ningún momento. Toda la trama parece que trata de responder a la pregunta de qué salida hay para quienes se encuentran en una situación en la que no hay salida. La respuesta no es sencilla, pero se va construyendo sólidamente según avanza el relato.
La fotografía es muy realista, lo que encaja a la perfección con lo que se está contando. La cámara en mano sigue a los personajes aportando cercanía y solidaridad con lo que les ocurre. Además, el trabajo de los actores es excelente. En especial el de sus dos protagonistas más destacados: Christian Malheiros y Rodrigo Santoro -al que conocemos de haber participado en muchas producciones estadounidenses-.
7 Prisioneros demuestra que no todo en Netflix es contenido mediocre, sino que hay veces en las que podemos encontrar auténticas joyas como esta de visionado obligatorio. No os la perdáis.
- Muy bien narrada, con ritmo
- Las interpretaciones
