Woody Allen: 1969-1980. Del humor absurdo al drama serio

Woody Allen ha cumplido 80 años esta semana, y aprovechando esta excusa me he propuesto hacer una serie de posts repasando toda su carrera. Que no es poco. El genio de Brooklyn lleva desde 1969 haciendo una película al año, lo que realizando las cuentas a trazo grueso nos da casi medio centenar de películas entre las que ha dirigido o ha participado como guionista y/o actor. Una locura.

Obviamente tanta cantidad, a la larga, va en detrimento de la calidad. No todas las películas pueden ser obras maestras, sobre todo si se lleva un marcado ritmo matemático de una al año. Pero también es verdad que podemos decir sin miedo a equivocarnos que Allen cuenta fácilmente con un par de docenas de grandes películas, de las cuales unas 10 son geniales y por lo menos 5 directamente obras maestras de todos los tiempos. Eso es más de lo que se puede decir de casi ningún otro director de cine.

A lo largo de tantas décadas su cine también ha pasado por distintas etapas. Yo en estos artículos voy a distinguir cinco -más o menos una por década-, lo cual es una división subjetiva como cualquier otra. Aunque Woody Allen siempre niega que los personajes que encarna y la trama de sus películas tenga algo de autobiográfico, creo que no cabe duda de que eso no es cierto. Existen demasiadas semejanzas entre su vida personal y algunas de sus obras como para ignorarlo. Por eso, entre otras cosas, la división en etapas que hago tiene cierta relación con sus parejas sentimentales del momento, que además suelen ser sus actrices recurrentes.

Primera etapa. 1969-1980. Del humor absurdo al drama serio.

Lo primero que tenemos que entender es que la originalidad y la personalidad que hace distintivo el cine de Woody Allen estriba precisamente en que nunca ha sido del todo original. La mayoría de sus películas se basan en los referentes del director neoyorquino, en sus obsesiones, a los cuales les da una reinterpretación, a menudo cómica. Estas influencias van desde algunas referencias u homenajes, hasta cosas que rozarían el plagio, como iremos viendo.

Teniendo esto claro podemos ver cómo sus primeras películas se basan en el gag humorístico puro, en una sucesión de sketchs encadenados. El ejemplo más claro de esto es «Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo (pero nunca se atrevió a preguntar)» (1972) -idea que sacó de un libro del mismo título-, film dividido en capítulos separados que cuentan historias diferentes.

Su humor en estas primeras películas se inspira principalmente en los cómicos americanos del cine mudo hasta Jerry Lewis. Siendo sin duda Buster Keaton y los Hermanos Marx las influencias más directas. En esta época encontramos films divertidísimos como «Toma el dinero y corre» (1969), «Bananas» (1971), «El dormilón» (1973) y, mi favorita de este periodo: «La última noche de Boris Grushenko» (1975) -basada en la novela «Los hermanos Karamazov» de Dostoyevski-.

Pero es también a mitad de los años 70 cuando comienza -al principio tímidamente- a inclinarse por hacer comedias más serias y también directamente dramáticas.

La precursora fue «Sueños de seductor» (Play it again, Sam) de 1972. Como anécdota notad que el título en inglés se traduce literalmente por «tócala otra vez, Sam«, frase que nunca se dice en Casablanca -película en la que está basada- pero que permanece en nuestro imaginario gracias precisamente a Woody Allen. Curiosamente aunque el guion es Allen, este no la dirigió, quizá porque no se atrevía aún con un cine más serio. En cualquier caso es una película divertidísima.

El salto cualitativo llega con «Annie Hall» en 1977. Sin duda su mejor película y una obra maestra incuestionable. En ella repasa de una forma divertidísima y agudísima los distintos estados por los que pasa una relación de pareja. En cierta forma está basada en su propia relación con Diane Keaton, protagonista de la cinta y expareja del propio Allen. De hecho el nombre real de Diane Keaton es Diane Hall. Recientemente el sindicato de guionistas de EEUU ha elegido el guion de «Annie Hall» como el más divertido de la historia. ¡Si no la habéis visto tenéis que hacerlo ya!

En esta línea debemos hablar inmediatamente después de «Manhattan» (1979). Otra de sus obras maestras y un canto en blanco y negro a la ciudad de Nueva York. Con «Annie Hall» y «Manhattan» Allen fija lo que será el estilo de sus grandes películas y deja atrás casi definitivamente el cine de gag fácil evolucionando hacia un humor más intelectual sobre los problemas y las obsesiones de la clase media-alta. Lo que da mucho juego.

En esta época se incluyen dos películas más, para mí menores, pero también significativas. En primer lugar «Interiores» (1978), donde Woody Allen imita directamente el cine de su idolatrado Ingmar Bergman. Esta cinta es interesante porque se trata del primer drama completamente serio del director neoyorquino.

Por último la década de los 70 termina con «Recuerdos» (1980), donde Allen ya en clave más humorística hace su propio «Ocho y medio» de Federico Fellini. Como ya he indicado antes y podemos comprobar, las referencias externas son claves para entender el cine de Woody Allen.

Woody Allen. 1982-1992>>

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