True Detective II: mejor que la primera

Sí, sí; ya sé que en general a todo el mundo le ha parecido más floja, pero a mí me ha gustado más la segunda temporada de True Detective que la primera. Puede que que cada capítulo empiece con Leonard Cohen cantando eso de «the war was lost…» igual tenga algo que ver. No sé.

Resumiendo mucho -porque no es el objetivo de este post-, la primera temporada de True Detective me pareció una gran serie, con una ambientación, escenografía y fotografías geniales. A eso había que sumarle las enormes interpretaciones de Woody Harrelson y, especialmente, de Matthew McConaughey. Con un buen guión que, por desgracia, prometía mucho al principio pero que pinchaba y daba poco al final. Un producto pelín vacío envuelto en hermoso celofán.

La segunda temporada es distinta. Incluso podríamos decir que, en estos términos, es opuesta. Desaparece la ambientación, el uso tan exagerado de la fotografía y los actores no se comen tanto la pantalla como Harrelson y McConaughey. En general da un aspecto más normalito, una serie de polis más. Sin que quiera esto decir que no estemos ante una serie de gran calidad técnica, sin duda.

Sin embargo, al contrario de como ocurriera en la primera temporada, el guión es mucho más sólido. Partimos más o menos de la misma premisa: detectives marginados, problemáticos, torturados que, por algún extraño motivo, se empeñan en hacer su trabajo. Tenemos aquí una verdadera historia neo-noir que engancha desde el primer episodio y no te suelta hasta que termina el último. Y no flojea en absoluto, sabiendo manejar muy bien el contraste entre los momentos más álgidos y los más calmados.

Dando por hecho que el duelo de titanes de la temporada anterior no se va a repetir, nos encontramos con que el elenco de la serie está a la altura de sus papeles. Colin Farrell está muy bien como el detective Ray Velcoro. Farrell es un actor que me gusta cuando le dan buenos papeles. Y el resto, aunque un poco más acartonados, tampoco están nada mal.

Mención aparte merece la banda sonora. Noto en esta segunda temporada un uso más consciente y mejor de la música. Desde el ya mencionado Leonard Cohen que acompaña la cabecera de cada capítulo con su tema «Nevermind«, hasta las varias aportaciones de Lera Lynn -todo un descubrimiento- con sus canciones oscuras y deprimentes. La banda sonora vuelve a estar a cargo de T-Bone Burnett, que en este caso le da un toque más electrónico para mejor.

Si no hubiese existido la primera temporada de True Dectective, con todas sus virtudes, no habría habido una segunda. Pero, aunque si puede haber las dos cosas mejor, de tener que elegir yo soy más de contenido que de continente. Por eso me ha gustado más esta segunda temporada, porque el desenlace de la primera fue un poco plof, mientras que aquí me ha enganchado hasta el final. No os dejéis engañar por críticas superficiales y vedla.

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