Pros y contras de The Defenders

Este verano por fin ha llegado la esperada The Defenders a Netflix. Como sabéis se trata de la reunión de los superhéroes de Marvel que la cadena ha ido preparando desde que lanzara las dos temporadas de Daredevil y después llegaran Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist.

Como ya comenté cuando hablé de LuKe Cage y del universo de Marvel en Netflix, las series han ido de más a menos. Daredevil era estupenda, Jessica Jones excelente -creo que es mi personaje favorito-; sin embargo Luke Cage ya dio muestras de flojear, aunque nada hacía presagiar el desastre de Iron Fist.

Cuando se reúnen todos en The Defenders encontramos exactamente los mismos pros y contras de cada personaje y cada serie previa. Daredevil sigue con sus dudas, Jessica Jones sigue molando, Luke Cage sigue dando tumbos algo perdido y Iron Fist sigue siendo el superhéroe más irritante del universo Marvel.

Esto yo no diría que es malo, al contrario, se nota que los personajes están trabajados y que existe una coherencia interna que mantiene la idiosincrasia de cada cual a pesar de que en este momento estén todos juntos y mezclados.

Este punto también queda claro con la estética visual, que cada uno mantiene heredada de la serie de la que proviene. Cuando vemos a Daredevil siempre está en tonos rojos, pero cuando la protagonista es Jessica Jones todo es azul. Lo mismo ocurre con Luke Cage y el amarillo o con Iron Fist y verde. De hecho hasta cuando están juntos en la misma escena se las apañan para que cada cual tenga su tono predominante al rededor de él.

La fotografía es espectacular, pero no lo es menos la dirección con unos encuadres de cámara que quitan el hipo en algunos momentos. Hay planos pensadísimos que hacen de The Defenders una serie con un trabajo artístico visual muy superior al de cualquier otra serie o película de superhéroes de Marvel.

En cuanto al desarrollo narrativo para mí lo mejor son los primeros capítulos en los que se nos ubica a cada personaje y se relata como acaban confluyendo. Está muy bien hecho y resulta muy interesante. Sin embargo a partir de ahí la serie flojea en cuanto al ritmo, primero con un bajón y luego cayendo en la precipitación, que más que dotar de dinamismo a la historia lo que hace es que los espectadores no acabemos de entender muy bien lo que está pasando.

No ayuda el hecho de que The Defenders conste de tan solo 8 capítulos, cuando lo normal en las series anteriores de Marvel en Netflix es que fueran 10. Quizá fuera la falta de presupuesto -Netflix empieza a dar muestras de recortes en la inversión en series-. Pero también parece que no tenían una historia que contar con enjundia y al final se queda todo a medio camino.

Es una pena, porque el universo que han construido Marvel y Netflix para televisión, aunque pueda parecer secundario con respecto al del cine, es en realidad de lo mejorcito y de lo más interesante. Por desgracia parece en caída libre. Yo espero que remonte.

Próxima parada: Punisher.

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