Mindhunter: hay calidad, pero no es para todo el mundo

El estreno de la semana en Netflix ha sido Mindhunter, una serie que viene avalada por estar dirigida y producida por David Fincher. Que Fincher es uno de los mejores directores de cine mainstream que hay en la actualidad es algo que no me cansaré de decir. Si alguien lo no ubica os diré que es el responsable de Se7en (1995) y El Club de la Lucha (1999).

Pero si a algo de su filmografía se parece Mindhunter es a la obra maestra Zodiac (2007). La trama de esta última giraba en torno a la investigación sobre el asesino en serie del zodiaco. El desarrollo de la película era lento y bastante frustrante, al igual que la investigación, lo que supuso una decepción para quienes fueron al cine a ver una película de género, otra Se7en, cuando Zodiac era algo más.

Pues en Mindhunter nos encontramos en esa misma línea. David Fincher aprovecha la oportunidad de disponer de diez horas de metraje para desarrollar la historia que quiere contar sin las limitaciones del cine. Y lo hace con su estilo y elegancia característicos.

Mindhunter nos relata la historia -basada en hechos reales- de los agentes del FBI John Douglas y Robert Ressler -en la ficción Holden Ford y Bill Tench respectivamente-, los cuales fueron pioneros en la investigación criminal en lo que a asesinos en serie se refiere. Entrevistaron a muchos de los criminales más tristemente famosos y fueron los responsables de los primeros perfiles psicológicos de este tipo de asesinos.

La serie va de exactamente eso. No esperéis un thriller de género en el cual el leitmotiv es la persecución del asesino. Mindhunter va de cómo se gesta un nuevo tipo de enfoque, de cómo evoluciona y de cómo evolucionan también los personajes involucrados. Algo que está muy conseguido en la serie. No puedes tratar con la mente perturbada de algunos asesinos sin quedar tú también algo tocado.

Todo esto nos permite asistir en primera fila a ver cómo piensan y cuáles son las motivaciones de algunos de los asesinos más famosos de la historia de los Estados Unidos. Ellos son las verdaderas estrellas de la serie, sin duda alguna.

Estamos ante una propuesta de calidad pensada para tener un largo recorrido -no es suficiente con una sola temporada-. Si todo sale bien y no la cancelan, algo no descartable -ya hablé aquí sobre cómo está el tema de las cancelaciones-, Mindhunter podría convertirse en un clásico al nivel de las mejores series de la HBO. Lo que sería todo un hito para Netflix.

A la espera de verla terminada y hacer una valoración en conjunto, lo cierto es que Mindhunter no está exenta de problemas. El principal es la lentitud del ritmo. Lo que en Zodiac era un acierto indiscutible, en Mindhunter está alargado a diez horas y se hace excesivo. No es una serie para todo el mundo.

Los creadores de la serie estoy seguro que era justo eso lo que pretendían, y que además son perfectamente conscientes de que con este ritmo se hace difícil de digerir. Por eso de vez en cuando nos hacen un guiño al público dándonos unas píldoras de género policiaco. Es en estos momentos cuando la serie despega y más disfrutable se hace para el espectador, ya que es cuando nos dan justo lo que queremos.

También es cierto que es cuando se vuelve más convencional y se aleja en cierta medida de la originalidad que la caracteriza. Este debate entre hacer «lo que se debe» y hacer «lo que te pide el cuerpo» también está en la trama de Mindhunter. No cabe duda que que el guion está muy bien elaborado.

La producción es excelente. Estupenda fotografía, encuadres y movimientos de cámara muy pensados. Lo que cabría esperar de David Fincher y el equipo del que se rodea.

En cuanto a los actores Jonathan GroffHolt McCallany están correctos, sin destacar demasiado. Aunque el personaje de Holden Ford podría dar más de sí y encuentro a Groff demasiado sobreactuado en algunas ocasiones. Mucho mejor esta Anna Torv -la recordaréis de la serie Fringe- en el papel de la doctora Wendy Carr. Aunque al que destacaría por encima de los demás es a Cameron Britton como el asesino en serie Edmund Kemper.

Como decía Mindhunter no es una serie para todo el mundo. Pero también os digo que apunta a clásico de la televisión, si no la cancelan antes, claro. Con series como esta Netflix está apuntando a elevar la calidad para ponerse a la altura de la HBO -algo que ya vimos en Ozark-. Veremos si lo consigue.

Un comentario en «Mindhunter: hay calidad, pero no es para todo el mundo»

  • el octubre 17, 2017 a las 6:30 pm
    Enlace permanente

    Justo acabo de lEER UNA NOTICIA QUE HABLA DE UNA SEGUNDA TEMPORADA, ASÍ QUE CREO QUE TENDREMOS SUERTE. lO QUE NO ESTÁ TAN CLARO ES QUE fINCHER SIGA PARTICIPANDO EN ELLA. VEREMOS A VER EN QUÉ QUEDA.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.