Jackie bien podría haberse titulado «El funeral de JFK»

Hoy toca hablar de Jackie, estrenada esta semana en los cines de España. Se trata de la última película del chileno Pablo Larraín, un cineasta con mucho futuro, especialmente ahora que ha dado el salto a Hollywood. Él es el responsable de No (2102) y de Neruda (2016), ambas sobre hechos históricos de su país natal.

Pero también de la estupenda El Club (2015), de la que ya os hablé aquí. Esta última, si bien es ficción, también está basada en las prácticas reales de la iglesia católica. En definitiva, parece que Larraín está especializado en el género «basado en hechos reales«. Algo que ahora está tan de moda como el cine de superhéroes.

Jackie nos relata los momentos posteriores en la vida de Jacqueline Kennedy tras el asesinato de su marido y presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy. Lo cierto es que la trama es bastante decepcionante. Uno espera que vaya más allá y nos muestre con más profundidad a la persona que hay detrás del personaje. Pero, a parte de alguna que otra pincelada, en realidad la película va de la organización del funeral de JKF, y poco más.

Para intentar disimular lo carente de interés del guion, Larraín opta por una estructura tipo puzzle cargada de elipsis, donde va saltando de un momento a otro como el caballo en el ajedrez. Y menos mal, porque si cuenta la historia de forma lineal el espectador muere de aburrimiento, eso fijo. Pero por mucho que lo intente, lo cierto es que la forma no consigue camuflar lo insulso del fondo.

Y luego está el tufillo patriótico que destila toda la película. Es de esperar tanto por las figuras y el momento histórico en el que se centra, como por el hecho de ser una película de Hollywood. Sin embargo, vista su trayectoria anterior, uno espera de Larraín algo más, ser más mordaz e incisivo en el análisis crítico de Jackie Kennedy y su entorno.

Aunque quizá lo peor de todo sea el enfoque machista del guion. Está claro que en EE.UU. en aquella época el machismo era brutal, y eso hay que reflejarlo. Además de que Jackie no sería el personaje que fue si no es por haber sido la esposa de un presidente de los Estados Unidos, además brutalmente asesinado.

Pero nada justifica que el foco narrativo de la película esté situado más en JFK que en ella. En Jackie se nos cuenta la historia de Jacqueline Kennedy a través de la vida de su marido, quedando ella relegada a un segundo plano -y eso a pesar de que es la protagonista absoluta-. Una oportunidad perdida de hablarnos de una mujer por ella misma y no por medio de un hombre. La película en vez de Jackie bien podría haberse titulado «El funeral de JFK».

Lo mejor de la película es Natalie Portman, sin duda alguna. Natalie Portman es Jackie. El Oscar a mejor actriz es para ella este año. Lo contrario sería un robo, porque no tiene rival. Si por algo se sostiene la película de Larraín es por la presencia de Portman y el estupendo papel que realiza. Una gran actriz que demuestra su calidad siempre que le dan la oportunidad.

Por lo demás la película está muy bien realizada. Aunque pinche en el guion y en el enfoque narrativo, está claro que Pablo Larraín es un gran director de cine. Hay aquí una gran dirección de actores y escenas y planos estupendos, así como una atmósfera muy particular y conseguida. De esto último tiene buena parte de culpa la banda sonora, tan acertada como cansina al final.

En fin, no merece mucho la pena ir al cine a verla. Mejor esperad a que la pongan una tarde en Antena 3.

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